Se produce la coexistencia entre dos mundos. El preexistente, las ruinas halladas bajo el casco antiguo de Castro Urdiales, y el nuevo edificio, que pretende resolver con claridad la escena urbana. La nueva edificación aportará una visión renovada del modo de construir, sin olvidar la propia identidad del lugar y su carácter histórico. Una nueva apariencia urbana, un nuevo espacio vivo que se adapta al entorno y respeta la cultura.

Una parcela de reducidas dimensiones en un entorno protegido, albergará un programa complejo y denso, en el que la posición del yacimiento romano tomará un papel fundamental. El edificio se posiciona en la parcela de tal forma que no afecte al yacimiento. Una línea de pilares en el frente y un elemento lineal de espacios servidores y comunicaciones, permitirán liberar la totalidad de la planta baja. Sobre el yacimiento aparecerá el elemento central del proyecto, la sala de usos múltiples que “levitará” sobre la excavación dando valor al espacio.

Esta pieza funcionará como elemento bisagra dando lugar a tres espacios con tres usos distintos. Centro de interpretación con luz natural, auditorio y atrio a un nivel intermedio y oficinas municipales en la planta superior.

De esta forma, tenemos una pieza que se implanta en el terreno, ocupando la totalidad de la parcela, dejando libre la planta baja y creciendo en altura, adaptándose e integrándose en la trama urbana.