En la actualidad, la entrada diaria al recinto del Parlamento de Galicia, se realiza por la Rúa Hórreo. Desde ahí hasta el interior del edificio, el visitante tiene que recorrer unos 25m a la intemperie y con una pendiente muy superior a la que debería ser para un edificio público.

Una entrada digna, un elemento tamiz que sirva de refugio y de recepción a las visitas, una pieza que permita que todos los visitantes puedan acceder sin problema al interior del parlamento, que sea adaptado y que tenga el carácter que tiene la entrada un parlamento.

La pieza se dispone en el área de intervención y, como si de unos soportales se tratase, se alza sobre una serie de pilares para que cada una de las entradas que abarca quede a cobijo.

Se reinterpreta esta forma de soportal, un recurso arquitectónico tan bien usado en la arquitectura gallega dadas las condiciones meteorológicas de la zona. La piedra y el grandioso arbolado existente serán los protagonistas de este espacio.

Juega con la idea de estar fuera, pero bajo la protección del edificio, sigues estando en la calle, pero refugiado de la lluvia.

Se proyecta una pieza sencilla y que a su vez resuelva todos los problemas que existen en la zona.